martes, 29 de octubre de 2013

Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada


El Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada te invita a descubrir toda su fuerza natural a través de un fin de semana repleto de actividades de ecoturismo: ruta cicloturista, senderismo, huella humana, fotograía, micología, aves y ...paisaje..., todas ellas acompañadas de un amplio y experimentado grupo de emprendedores y empresarios, amantes del Territorio y de la Naturaleza , unidos a través de la Carta Europea de Turismo Sostenible para preservar este increible espacio protegido.

Precio de la inscripción: 5 €.


“Mil Años de Madinat Ilbira”

Nueva exposición temporal del Parque de las Ciencias, “Mil Años de Madinat Ilbira”, que estará en el museo hasta el 16 de febrero de 2014.

Esta muestra, producida por el Milenio Reino de Granada, da a... conocer la ciudad más importante de la Vega de Granada, entre los siglos VII y X.

2.000 metros cuadrados de exposición con piezas históricas, proyecciones, recreaciones, módulos interactivos y talleres didácticos sobre arqueología, cerámica y decoración arquitectónica.

http://www.parqueciencias.com/parqueciencias/exposiciones-temporales/madinatilbira.html
 
 

sábado, 12 de octubre de 2013

Fantasía en La Alpujarra, Orgiva y mucho más

 

Ruta en coche por una comarca granadina llena de agua y de leyendas

 

Un callejón de Pampaneira, en La Alpujarra (Granada). / A. Albanese
Y esta de aquí es la curva del coño, nos explica Carlos. Se trata de una curva interminable que se abre sobre el final de la carretera vieja de Granada. Según nos cuenta nuestro improvisado guía, la gente, al enfrentarse a su desmedida extensión, solía exclamar “¡coño con la curva!”, por lo que quedó bautizada como la curva del coño.

Son las dos de la tarde en La Alpujarra granadina y el calor es abrasador. Nuestro coche carece de aire acondicionado por lo que todas las ventanas permanecen abiertas. El aire que viene de fuera parece escupido por un secador de pelo. Así de caliente se adhiere a nuestro rostro. De pronto, frente a nosotros, una montaña forrada de plástico. Se trata de los famosos invernaderos que proveen de frutas y hortalizas a toda Europa. Esto no es nada, nos dice Carlos. En el Ejido, en Almería, está el llamado mar de plástico, una extensión de más de veinte mil hectáreas de plantaciones cubiertas visible desde el espacio. El volumen de negocio es tal que hace confluir en el mismo punto del desierto el índice de suicidios más alto de España junto con la mayor concentración de Ferraris. Los agricultores, repentinamente enriquecidos, se compran esos coches, se juegan todo en el casino y, al perderlo, se matan, nos explica Carlos con generosas gesticulaciones.

Chimeneas de Bubión, en La Alpujarra. / J. A. Moreno Castellano
Avanzamos por esa tierra de chirimoyas y aguacates, lo que se da en llamar la costa tropical de Granada debido a las condiciones que permiten el crecimiento de dichos frutos. El termómetro marca 42 grados cuando divisamos la entrada al pueblo de Órgiva. Se trata de un puente de siete arcos que se extiende sobre el cauce del río Guadalfeo, y por el que, según la leyenda, el Cristo del lugar se negó a pasar cuando quisieron llevárselo para restaurarlo, lo cual le hizo granjearse el incuestionable cariño de sus devotos. Si bien por su arquitectura alguien podría pensar en una posible fundación árabe, los orígenes de Órgiva se remontan a la colonia griega de Exoche. Se trata de un pueblo de indudable encanto, pero que, al igual que Lanjarón —vecino de este y famoso por sus balnearios de aguas de montaña—, no es de los más característicos de La Alpujarra. Vale la pena sin embargo visitar su iglesia —saludar al famoso Cristo— y comprobar si los cristales del reloj están en buen estado ya que, según nos cuenta Carlos, cada año en las fiestas mayores los destrozan a petardazos.
Subiendo por la montaña llegamos al primero de los pueblos blancos. Se trata de Pampaneira. Decidimos seguir hacia arriba con la esperanza de que la altura haga descender un poco la temperatura. Ya volveremos a Pampaneira cuando vayamos de regreso y el sol haya caído un poco. A ver si para entonces el aire se vuelve más respirable.

El Pueblo granadino de Bubión visto de lejos, con el caserío de Capileira al fondo. / Schmid Reinhard

Entre helechos

Dejamos atrás Bubión y subimos hasta los 1.400 metros en los que se encuentra enclavado Capileira, el segundo municipio más alto de Andalucía y de España. Antes de entrar nos detenemos en una caída de agua para refrescarnos un poco. Brota fresca y cristalina de entre la sombra de unos helechos y parece que nos devuelve la vida. Perdiendo toda compostura nos duchamos en ella. Toda la zona se enorgullece —y con razón— de sus manantiales naturales provenientes de Sierra Nevada.

Capileira es un intrincado laberinto de casas blancas y callecitas serpenteantes hechas con la pizarra de la zona. Los techos de las viviendas son rectos, a la usanza árabe, lo cual los vuelve poco adecuados para una zona de lluvia y nieve. Cuando los moriscos fueron expulsados en el año 1492, les fue permitido refugiarse aquí, último reducto de la dinastía Nazarí, pero tras la revuelta del año 1568 tuvieron que marcharse, dejando paso a la población cristiana. El inconveniente de los techos fue solucionado con un impermeabilizante natural hecho de una gravilla muy compacta que, además de proteger del agua, permite que en los meses cálidos una tenue hierbecilla pueble la cima de las viviendas. Esto sumado a las clásicas chimeneas “con sombrero” otorga el sello de identidad al lugar. Un café muy helado nos devuelve el alma al cuerpo, aletargado por la mezcla de la altura y el calor asfixiante.

javier belloso
 
Antes de bajar a Pampaneira damos una vuelta por Pitres. “Los bárbaros de Pitres”, se apresura a aclararnos Carlos. Parece ser que algún tiempo atrás, cuando los primeros autobuses hicieron su entrada en la comarca, los lugareños los confundieron con unos enormes bichos con los ojos iluminados y que echaban humo por el culo, y el alcalde ofreció a quien lograra matar al bicho un puerto de mar en Pitres —Pitres no tiene mar— y dos cosechas de trigo al año. Otra versión de la historia, sin embargo, atribuye el pedido del puerto de mar a la legendaria socarronería de los propios habitantes, los cuales, lejos de tomarse a mal el apodo de “bárbaros”, alimentan la leyenda plantando sardinas en los bancales y regándolas para que crezcan sanas y fuertes.
Finalmente, llegamos a Pampaneira, en cuya plaza se celebra la fiesta mayor. En realidad la misma tuvo lugar en mayo, pero como muchos de sus habitantes viven en Barcelona, la repiten en agosto para que puedan estar todos. Junto a su iglesia cuadrada y toda de ladrillo —lo cual contrasta con el blanco general del pueblo— la orquesta toca desganada música de películas con ritmo de pasodoble. Las mujeres mientras tanto cuelgan de lado a lado una soga de la que penden varias manzanas. Al poco rato y con las manos en la espalda, los niños juegan a ver quién la come primero. A Carlos lo conocimos el día anterior en un bar de La Herradura y se ofreció a acompañarnos. Su madre es de Órgiva, la del Cristo que no quiso irse. El calor comienza a perdonarnos y la fiesta se va encendiendo. Vamos a tomar una cervecita, me dice Carlos, y nos perdemos en la noche y en los bailes de la Alpujarra.
 

Salvadora, mujer ilustre de Orgiva. Red de mujeres de La Alpujarra

'Avanzadoras', un encuentro de mujeres que transforman el mundo cambiando su comunidad Raquel Vásquez reivindica que las mujeres guatematecas tengan derecho a la propiedad de la tierra, acceso a créditos y participación en las decisiones. (JORGE PARÍS) Intermon Oxfam organiza el primer encuentro internacional de mujeres 'avanzadoras' en el que participan líderes de América Latina, África y España. Las activistas cuestionan la discriminación que sufren y desafían las injusticias. Las mujeres cultivan el 80% de la comida en los países en desarrollo, donde el acceso a la propiedad les está vetado: solo poseen el 2% de las tierras.

"Avanzadora: Mujer que se adelanta, progresa o mejora en la acción". Intermón Oxfam se ha inventado esta palabra, que no aparece en ningún diccionario, para nombrar a las mujeres que transforman el mundo liderando el cambio en sus comunidades, personas "capaces de levantarse teniéndolo todo en contra" y que "rompen los límites establecidos" abriendo camino a quienes van detrás de ellas. Fotogalería 17 Fotos Avanzadoras, mujeres que transforman el mundo Con el objetivo de dar su lucha a conocer, la ONG celebra este fin de semana en Madrid un encuentro internacional de 'avanzadoras' en el que participan mujeres llegadas de América Latina, África y también de distintos puntos de España. En Madrid, estos días coinciden Salvadora y Raquel —granadina la primera, guatemalteca la segunda— dos 'avanzadoras' que han roto límites en sus sociedades por exigir para las mujeres derechos universales. Las 'avanzadoras' del encuentro han roto límites en sus sociedades, ya sea en La Alpujarra o en Guatemala, por exigir derechos universales para las mujeres Salvadora Moreno percibió "la injusticia y la violencia que se vivía por el hecho de ser mujer" siendo muy joven. "Por aquellos piropos desagradables en la calle, o ese tú no puedes estar aquí, las mujeres no van aquí ni allá". En su Órgiva natal se sentía "aislada" hasta que descubrió la conciencia feminista. "Fue una apertura del alma y empezar a ser persona consciente". Hoy, a sus 53 años, está orgullosa de la red de mujeres de La Alpujarra, que unifica a 39 asociaciones de la zona. Y destaca el potencial que tiene la mujer en la economía local, sobre todo en el sector del turismo rural. "Las mujeres de La Alpujarra con nuestro esfuerzo hemos ganado en autonomía. Mira, hace unos años éramos pocas las que conducíamos y nuestros encuentros eran casi actos de magia, en un entorno con medios de transporte escasos y unas carreteras tan complicadas", destaca. A 9.000 kilómetros de Órgiva, la guatemalteca Raquel Vasquez, 37 años, huyó de un matrimonio violento (sexual y psicológicamente) cuando tenía 21 y gracias a que sus padres admitieron que regresara a vivir a la casa familiar, algo no muy habitual. Entonces hizo suya la causa por la defensa del derecho pleno de las mujeres a decidir por sus cuerpos y sus personas. "Nadie debe decidir por nosotras sin nosotras". Una de sus luchas principales, ahora, es el derecho de las mujeres al acceso a la propiedad de la tierra. "En Guatemala solo el 20% de las tierras están en manos de los campesinos, y de esas tierras solo el 6,5% está en manos de mujeres", denuncia Raquel. "Las más fuertes entre los débiles" Las mujeres producen el 80% del alimento en los países en desarrollo, pero mantienen vetado el acceso a la propiedad, denuncia la FAO. Ellas son dueñas solo del 2% de las tierra, reciben menos del 10% de los créditos y solo el 5% de las inversiones en tecnología. De todo ello hablan en Madrid, 'avanzadoras' como Maribel Villar, que se dedica al cultivo del cacao de comercio justo en República Dominicana, Juana Olivia, que alfabetiza a las mujeres en Chiapas, o Teresa López, defensora de los derechos de las mujeres rurales en España. Intermón quisiera con esta campaña y este encuentro poner en valor la tarea de estas mujeres, "las más fuertes entre los débiles" y hacer ver que se trata de personas "que tienen metas, que se sienten capaces" y que se esfuerzan por "romper los límites" en sociedades donde ejercer derechos como hablar públicamente supone "jugarse la vida". Salvadora se llevará de vuelta a La Alpujarra "la fuerza y la alegría con la que se expresan las mujeres de África y América Latina". Raquel volverá a Guatemala contenta por haber "unido voces, pensamientos y criterio para exigir que las políticas globales que nos afectan sean analizadas y, de paso, pedir que los Gobiernos no tomen decisiones que afectan a nuestras vidas".

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